Sigo creyendo tonta e ingenuamente que volverá
es una lata extrañar a una persona
en estas circunstancias
pero la extraño tanto que igual lo hago,
me da miedo pensar que no cumpla su promesa
y quede esperando algo que jamás sucederá.
Muy dentro siento que jamás la veré
que jamás le volveré hablar
y que jamás volveré a reír tanto como lo hacia con ella.
Las lágrimas brotan de mis ojos tal como la lluvia cae del cielo,
mis manos sostienen mi cabeza intentando saber el porqué,
el miedo invade mi cuerpo una vez más
y yo sigo parada mirando como se va.
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